En colaboración con un fabricante de estructuras y vallas temporales con sede en Rotherham (Inglaterra), Garda Anleggsikring tenía dificultades para suministrar estos productos a sus clientes del sector de la construcción. La entrega directa a las obras ha sido históricamente un reto, y el estricto calendario del fabricante, orientado a las franjas horarias, no hizo más que agravar el problema, ya que significaba que todas las entregas de exportación de Garda Anleggsikring debían recogerse por la tarde o por la noche. Dado que este proveedor realiza 190 recogidas de semirremolques al año, el estrecho margen de maniobra para las recogidas era difícil de cumplir.